El Conocimiento de Sí Mismo
Nuestra verdadera naturaleza.
El conocimiento de sí mismo es conocer nuestra naturaleza más íntima, quienes somos realmente. 
Esto no es una idea abstracta o un concepto mental del que se puede discutir o comprobar, es la experiencia real que sentimos cuando somos el momento presente. El conocimiento de sí mismo es la realización de que todo lo que existe es la consciencia.

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La experiencia del conocimiento de Sí Mismo.
La experiencia del conocimiento de sí mismo no se puede capturar con la mente, está más allá de toda actividad mental. En esta experiencia, somos uno con todo, no como una pieza separada que se une a algo más grande, sino como el Uno Mismo. Literalmente somos Uno [Uno sin segundo, todo y todos en el eterno momento presente]. La mente siempre va a permanecer en la superficie, por su funcionalidad lineal. Por eso es imposible comprender la experiencia del conocimiento de Sí Mismo. De alguna manera podemos compararlo con la experiencia del amor, cuando el amor es real llena todo nuestro ser, cada célula vibra, pero no hay manera de entender el amor [con la mente]. 
La experiencia del conocimiento de sí mismo incluye el amor, la compasión, la bondad, la serenidad y la paz, pero también lo contrario a estos sentimientos. En esta experiencia nuestro corazón sabe profundamente que la vida es el juego de los opuestos.

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Bondad y Libertad
En el conocimiento de sí mismo estamos directamente conectados con la bondad fundamental de la existencia, esta experiencia estar libre de apegos, de ilusiones, del sufrimiento y la muerte. Sabemos más allá de toda duda y crítica que la vida es un solo evento y por tanto, la muerte es solo una ilusión, un modo arbitrario de pensar. En pocas palabras, el conocimiento de sí mismo trasciende todas las limitaciones.

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El conocimiento de sí mismo y la vida cotidiana
Algunos lo llaman la experiencia mística, la experiencia de Cristo, el despertar espiritual, la trascendencia y así sucesivamente. Este tipo de expresiones crean más confusión sobre esta experiencia. Una persona que vive en el conocimiento de sí mismo no tiene necesidad de hablar de ello. Lo hace solamente por una razón específica en una situación determinada, que básicamente significa compartir la experience, la información y el conocimiento en el proceso de elevar la conciencia. 
No hay ninguna diferencia entre normal, místico, espiritual y no espiritual [porque todo que existe es la consciencia].
El conocimiento de sí mismo es lo mas grande y la más profunda experiencia que somos capaces de realizar. Conocemos esta vibrante sensación, cuando todo es perfecto, pero normalmente es muy breve y casi siempre lo interpretamos mal. En los niveles de la consciencia pre-personal y personal, siempre interpretamos el conocimiento de sí mismo como "mi experiencia", por el hecho de que el ego es el centro de nuestra vida. La vida siempre va a terminar en conflicto cuando es personalizada, en la necesidad de proteger lo que es nuestro. Desde el nivel transpersonal sabemos que el conocimiento de sí mismo no nos “pertenece", del mismo modo que no nos pertenece el aire que respiramos.

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El conocimiento de sí mismo y el equilibrio de la vida
El conocimiento de sí mismo refleja el equilibrio entre la conciencia impersonal y la conciencia personal. El desequilibrio y el conocimiento de sí mismo no pueden convivir juntos, del mismo modo cuando el cuerpo está tenso la energía de la vida no puede fluir libremente.

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Diferentes grados d el conocimiento de sí mismo
El conocimiento de sí mismo no es una experiencia estática y menos aún un conocimiento convencional. En cada nivel de conciencia podemos experimentarlo. Pero dependiendo de la interpretación será beneficioso o destructivo. En los niveles inferior de la conciencia, la experiencia del conocimiento de sí mismo conduce finalmente al dogmatismo y al conflicto, por la sencilla razón de que el ego lo hace siempre su propia experiencia. A partir del nivel transpersonal se convierte en la clave en el proceso de crea un vida integral y verdaderamente consciente.